Tunanmarca
Departamento: Junín, S. XII – XVI d.C.
Fecha de emisión: 26 de noviembre del 2013
Código catálogo: KM# 373
Grabador: Eduardo Paredes Medina
Cromo
Diseño
En el anverso se observa en el centro el Escudo de Armas del Perú, en el borde exterior la leyenda “Banco Central de Reserva del Perú”, el año de acuñación y un polígono inscrito de ocho lados que forma el filete de la moneda.
En el reverso, en la parte central, se distingue en primer plano un pórtico de una de las viviendas circulares (chullpas) de la ciudadela y a través de él, se observa parte del complejo. También se aprecia la marca de la Casa Nacional de Moneda sobre un diseño geométrico de líneas verticales así como la denominación en número y el nombre de la unidad monetaria sobre unas líneas ondulantes. En la parte superior se muestra la frase TUNANMARCA S. XIII – XVI d.C.
Breve Reseña
La ciudadela de Tunanmarca fue una suerte de capital de los Wankas, población anterior a los Incas, que ocupaba el Valle del Mantaro. Está situada a 3 859 msnm en el Valle de Yanamarca, cerca de las lagunas Tragadero y Paca, y de la ciudad de Jauja, en lo que actualmente es la Región Junín. Tenía cerca de 4 300 chullpas o viviendas circulares, organizadas en grupos alrededor de patios centrales y protegidos por murallas. Estaba dividida en dos barrios separados por una avenida central y contaba con un complejo sistema hidráulico, con capacidad de ofrecer agua potable a toda la población, que se calcula llegó a ser de 20 000 personas. Estuvo poblada entre los siglos XIII y XVI d. C.
Los Wankas, guerreros de espíritu indomable, se caracterizaron por poseer una fuerte identidad regional. No llegaron a constituir un Estado y su forma de vida comunitaria se basó en la ganadería, la agricultura y la manufactura textil y cerámica. Los Wankas surgieron como uno de los pueblos liberados del Imperio Wari, entre los siglos XII y XVI de nuestra era y se desarrollaron levantando muchas poblaciones en la parte media y alta del Mantaro, siendo Tunanmarca una de las mayores y más hermosas.
– Dr. Luis G. Lumbreras